Medicina: ¿merece la pena?

Introducción
  • A lo largo de la excesiva exigencia de entrar al grado, de sacar la carrera, de obtener tu plaza MIR siempre hay una pregunta que sin querer o queriendo ronda la cabeza, ¿realmente merece la pena? Tantas negativas a planes de amigos, tantas horas de estudio… Te comparto mi experiencia: 
Bachillerato:
  • Vista atrás ahora me parece una tontería en comparación con lo estudiado a posteriori, pero cuando estaba viviéndolo en primera persona se me iba la vida en ello. Una lucha diaria y esfuerzo por conseguir un gran expediente. Una frustración en cambio sino lo conseguía. Una única opción como salida.
  • En primero de bachiller me esforcé mucho. En segundo, incluso tuve que dejar de lado un deporte que practicaba semanalmente porque no sacaba tiempo suficiente para prepararme académicamente, siempre fui de echar muchas horas y de trabajo constante. Un error si echo la vista atrás. El hacer deporte me permitía desconectar y al día siguiente afrontar el estudio con ganas. Si pudiera cambiar algo de esta etapa, sería organizar y aprovechar el tiempo libre, MUY importante para asentar conocimientos y sobre todo DESCANSAR.
  • Unos cuantos días de exámenes que determinan el antes y el después. Días que por mucho que quieras estar tranquilo, es muy complicado. Era el examen que más me jugaba la nota y que más presión había tenido hasta el momento. La espera de 1 palabra: ADMITIDO
Selectividad:
  • Mi resultado de selectividad no fue lo que esperaba. Conseguí un brillante expediente académico en bahiller pero por H o por B, mi buena nota en selectividad no fue suficiente para superar la nota de corte en NINGUNA UNIVERSIDAD PÚBLICA de España. Y bueno te podrás imaginar la sensación: frustración, impotencia, rabia, tristeza… tanto esfuerzo para NADA
  • En ese momento me replanteé seriamente qué opciones tenía: repetir selectividad, hacer otra carrera que me gustara, estudiar medicina en el extranjero o bien, entrar en la privada… en ese momento por mucho que investigué por mi cuenta no encontré más opciones.
  • Tenía claro que quería hacer medicina. ¡Manos a la obra! Me presenté a muchos de los exámenes de las privadas de España y también en universidades del extranjero, concretamente en Hungría. Saqué plaza en Szeged y también en varias de las universidades privadas de España. Resultado final, me quedé en Madrid, España. ¿Me arrepiento? Hubiera sido una gran oportunidad poder realizar la carrera en el extranjero, una nueva cultura, un nuevo sistema, idiomas… pero personalmente y debido a mis circunstancias familiares la decisión final fue Madrid, una nueva comunidad autónoma, del pueblo a la gran ciudad.
  • ¿HAY MÁS VÍAS? Muchas, muchísimas a las que dedicaré una entrada en especial, pero que personalmente fui descubriendo conforme fui abriendo puertas del mundillo sanitario (el máximo esplendor fue en 3 de carrera), ya que hasta el momento mi máxima cercanía socio-familiar a la rama biosanitaria había sido por suerte el pediatra, el centro de salud y hospital central. No pasa nada, si a la primera no lo consigues, un día malo lo tiene cualquiera y unos cuantos también. 
1º-2º Bienvenido a la universidad:
  • Enhorabuena. ¿Has pensado ya la firma? Entrarás en secretaria lleno de nervios y firmarás para inscribirte en el grado que te abrirá las puertas de medicina.
  • Mi primer día de universidad y la primera vez que llegué tarde. Recuerdo que aun viviendo francamente en la misma zona en la que se encontraba la universidad decidí subirme al autobús para no ir andando, iba con mucho tiempo. ¿Pero? Pero me subí en el número que me correspondía, pero en dirección contraria… sí, estas cosas pasan
  • Mi experiencia en la universidad privada. Fascinante. El trato con los profesores era muy cercano, se sabían tu nombre y tu progresión. Si necesitas ayuda con alguna asignatura te echaban una mano con tutorías en la que planteabas las dudas y te las resolvían. Las prácticas de laboratorio y de disección me parecieron geniales, éramos 20-30 por clase y la atención e implicación era muy buena. No me arrepiento para nada
  • Las asignaturas de los dos primeros años son una continuidad de lo impartido en bachiller (asignaturas báiscas: bioquímica, historia…) y sí, epidemiología… ¿pensabas que no ibas a necesitar dividir en cajones de nuevo? Empiezas con mucha ilusión, con novatadas e incluso con dudas de si esto era medicina… ¿Dónde están las enfermedades, los diagnósticos y tratamientos? ESPERA que esto es muy largo.
  • ¿Los compañeros? Tengo muy buenos recuerdos. Los grupos pequeños de clase me permitieron una mayor cercanía que echaba de menos. Al fin y al cabo venía a un sitio en el que no conocía a nadie.Y bueno, empezar todos de nuevo también ayuda a querer sociabilizar, apuntarte a las desconocidas capeas y escusas baratas para tomar algo después de clase o hacer deporte. Tuve la suerte de compartir universidad y residencia, la gran mayoría vivíamos en la misma zona, con lo que la vida social era de lo más reconfortante
  • Por motivos económicos, no me podía permitir seguir más tiempo en la privada, por lo que me esforcé cuanto pude durante el primer año para solicitar el traslado (no fue suficiente). Lo reintenté en segundo de nuevas (y sí lo fue).
  • Algo que puede que no conozcas, es que cada examen cuenta para tu futuro, un 10% del peso del MIR y de la posibilidad de hacer la especialidad que quieras. Y algo que te recomiendo desde la experiencia, hay tiempo para todo: estudiar, viajar, sociabilizar y sobre todo desconectar. Medicina es muy exigente y larga, no te desanimes si desfalleces… es duro, pero tiene recompensa. Es una carrera preciosa en la que conocerás gente de gran calidad humana y con muchos intereses de lo más diverso
3-4º-5º Hospital:
  • Gracias al traslado, entré en la pública y pude conocer otro sistema educativo totalmente diferente. Mi primer día de clase fue en el Hospital del Clínico, como lo oyes, era el año en el que en la Complutense se dividía en 3 hospitales (Clínico, Gregorio y el 12 de Octubre) y la verdad que quedé impactada de la cantidad de gente que había en el anfiteatro, porque no era para menos la pendiente que tenía aquel aula. Los profesores ya no se sabían tu nombre y los grupos estaban hechos, costaba dar con gente pero no era imposible.
  • Estuve una o dos semanas en el Clínico y me permitieron empezar después de mover muchos papeles y trámites burocráticos realizar mi formación académica restante en el Hospital que había solicitado como primera opción, el 12 de Octubre
  • Escogí la Complutense porque conocía gente encantada con el ambiente, la docencia y en especial las prácticas. También porque en su momento, era una de las universidades entre las que valoraba el traslado en las que me convalidaban más o menos créditos. Porque sí, no todas las universidades convalidan lo mismo. De echo, creo recordar que tuve que hacer alguna asignatura de primero de más, y alguna que otra de segundo que menos, mientras estaba haciendo tercero. Un cacao, pero se puede
  • Páginas de apuntes innumerables, clases y exámenes que te daban la sensación de no terminar nunca, estrés y agobio. Las asignaturas empiezan a desarrollase más enfocados al día a día sanitario, por especialidades (oftalmología, ginecología…) y la estructura similar: introducción, fisiopatogenia, etiología, clínica, diagnóstico, tratamiento y pronóstico. Una asignatura, tras otra… una forma de estudiar completamente diferente. Descubrirás cual te llama más la atención y cual menos, míralo por el lado bueno.
6º Hospital:
  • Fue el curso de la despedida. Un curso que no quería superar, porque sentía vértigo al separarme de la gente con la crecí académicamente y como persona. Personas que para mi hoy en día son familia. Fue un año de altibajos emocionales en el que tienes mil ganas de terminar de tanta saturación académica y ganas de que no termine por otra parte porque has disfrutado  mucho, muchísimo de la experiencia. 
  • El día de la graduación será mágico. Te emocionarás al ver a tus compañeros de bata y pijama con sus mejores galas, recordarás y te emocionarás por compartir experiencias en cada rincón del aula, del hospital, de los viajes y de las fiestas, en especial las del Hospital 12 de Octubre donde prima la originalidad de los disfraces y el gran ambiente. Te emocionarás porque sabes que habrá mucha gente que no volverás a ver y ya nada va a ser como antes. Obtendrás un papel de haber asistido a la graduación, de ser médico. ¿Lo has oído?
Entonces:
  • ¿Ha merecido la pena? ROTUNDAMENTE SÍ. Es cierto que he tenido momentos de querer tirar la toalla y desistir porque sentía que me perdía cosas que mis compañeros de instituto compartían, situaciones que me han superado. Es cierto que es largo, tedioso e intenso. Pero también gracias a no poder superar la nota de corte conocí personas que me abrieron las puertas y empujaron en el mundo de la medicina. Desconocidos que hoy en día soy familia y se han hecho imprescindibles. Personas con las que he viajado, perdido y encontrado en el camino. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El comentario será verificado por el autor del blog previamente a su publicación.

¡Muchas gracias por dejar tu granito de arena!